De cuánta noche cabe en un espejo
Editorial Pre-Textos, 2022
Jorge Pérez Cebrián
He recibo los libros de Jorge Pérez, y en su dedicatoria me anunciaba que mi lectura estaba llamada a ser una travesía exploratoria de la vida en una noche de elementos sin prisa de ser descubiertos:
«Sólo la noche da cobijo a esas cosas tan reales que no se molestan ya en la urgencia de ser visibles, de ser ciertas.»
Me doy tiempo a mi mismo para leer un libro poesía, porque en ello no se debe galopar sino dejarse empapar por las formas y contenidos que son el alma de la poesía, y que el autor plasma, siempre de una forma personal y única. He leído De cuánta noche cabe en un espejo, y he descubierto un lenguaje poético cuidado, profundo, con un juego conceptual que huye de la expresión directa, que encuentro con frecuencia en tendencias poéticas actuales. Los versos de este poemario, no fluyen como y desaparecen, más bien al contrario, invitan a la reflexión; hay que detenerse a cada paso y buscar más allá de lo expresado, quizás lo que oculta el verbo detrás de su rostro. Por razones que aún debo explorar me he detenido en el poema La Arcilla, que reproduzco más adelante; sencillo y complejo, sugerente de proyecciones de la vida que son inmensas. Ese contemplar de su alma desde fuera que hace el poeta aporta un desdoblamiento de la realidad que eleva el mensaje poético a territorios de indagación íntima: la vida, el ser, el alma, quienes somos o no somos. Ese es el espejo que despliega el poemarioy que se manifiesta desde el título mismo. Y he aquí el soberbio cierre del viaje, que indica, paradoja de la vida, que el viaje que no ha acabado:
Y tal ves sólo esto
sea todo,
aquello que lo eterno significa:
la memoria sin párpados del mundo,
los ojos sin olvido
de la tierra.
Poema La Arcilla
Aquí el barro.
Aquí el calor y la humedad secreta.
La solemne docilidad
con la que admite
la extraña gravedad de las dos manos
no es presagio,
aún,
desu destino.
Sólo el aire, el calor, sólo la calma
harán de ella una cosa. Sólo una.
La débil sed del sueño ya materia,
la trágica verdad del ya ser algo,
la sombra que se arrastra por el día.
Una cosa.
Tan sólo eso.
Tan Sólida.
Tan Unívoca.
Tan frágil.